El 19 de abril de 2012 terminé de leer El Mesías, el niño Judío, escrito por Anne Rice. Este libro viene siendo la segunda parte de esta documentada biografía de Jesús, narrada en primera persona. Esta segunda parte nos trae la historia de Jesús siendo adulto, donde descubre qué hace en la tierra y la razón por la que debería estar aquí. Nos describe un poco más a Jesús, como hombre ya habiéndolo visto como niño. Camino a Caná nos refleja las decisiones que marcaron el destino de Jesús Cristo, y el porqué él eligió esto. Sin duda, todos sabemos la respuesta a la segunda pregunta. Una atractiva y diferente vista del salvador del mundo donde Rice vuelve a un ser todopoderoso en alguien mortal al que se le atribuyen errores y él, en su concepto de perfección es capaz de aceptarlos. Donde toma las riendas de su vida decidiendo qué quiere hacer con ella y enfrenta a su enemigo, que para él es otro hermano perdido en las manos del mal.
Capaz de curar, resucitar e incluso hacer que cualquier tipo de milagros sucedan. Incapaz de negarse ante las peticiones de su madre y capaz de responder y preguntar cualquier cosa. Inteligente y claro en sus respuestas, y profundo en sus preguntas. Anne Rice ha logrado en este libro, hacer lo que pocos escritores han sido capaces. Dar un visto diferente a la historia del personaje más importante de la historia.
Lastimosamente, debido a la renuncia de Rice a la religión cristiana pero no a la fe en Cristo probablemente no se escribirá la tercera parte donde se verá la crucifixión. Una pena para quienes esperábamos con ansías la tercera y última parte de esta apasionante saga, que no nos sorprende por su final o historia. Sino por su arte y su documentación totalmente detallada y usando el gran talento para la descripción que Rice ha poseído a través de las décadas. Estoy seguro que si se decide en algún momento terminar el tercer libro será otra obra de arte digna de atención.