¡Ah, aquello llamado fama, lo que todo el mundo desea! No hay duda, todo el mundo así sea un poco menospreciado desea la fama, aquél poder mágico existente que te hace importante, interesante, elegante, tema de conversación, todo lo que desees… la fama lo tiene. Es obvio que yo lo veo de esa forma, no soy famoso, ni si quiera tengo un blog súper leído: fieles seguidores pero nada más, espero algún día llegar a más. Britney Spears por ejemplo dijo que no quería que sus hijos se fueran por el mundo del espectáculo, pero Britt… ¡son tus hijos! Ya sólo por eso son famosos. No cabe duda que a las personas del mundo del espectáculo no les agrade demsiado la idea de que toda su vida privada sea acechada, toda palabra grabada y toda foto guardada. ¿A quién le gusta eso de todas formas? ¡A nadie! Sin embargo, a pesar de todo lo malo que la Fama nos ofrece, no nos importa… ¡siempre la deseamos! Puede ser lo peor que exista, pero la tentación de que todo el mundo se interese por ti, sepa de ti, hable de ti es más que todo mal rato que ésta pueda hacerte pasar, quizá a mí por ejemplo me encanta ser reconocido: por un buen trabajo, una buena labor, algo que haya hecho bien, ¿y a quién no? Pero quizá existan esas personas que les guste vivir en el anonimato.